martes, 30 de agosto de 2016

Doloroso estreno del Deportivo Palencia en La Balastera

Los de Óscar de Paula caen derrotados con contundencia ante el Izarra en su primer partido en Segunda B como locales

El Deportivo ha comenzado mal su andadura por la Segunda División B. Después de la derrota en Santander, los de De Paula recibieron ayer tres goles en la primera parte en el debut ante su afición.

Lo que debería haber sido una fiesta en pleno San Antolín se convirtió en toda una paliza en la que el Izarra no noqueó a los morados en la segunda mitad porque no quiso.
El encuentro no pudo empezar peor para el Deportivo. Solo habían transcurrido 3 minutos de juego y un barullo en el área acabó con el colegiado señalando el punto penalti. El delantero navarro David se encargó de anotar la pena máxima y los de Óscar de Paula recibieron el primero de los golpes que tuvieron que encajar en una tarde para olvidar.
Fuerte y al mentón. Así fue el primer derechazo que encajó el Deportivo, que se resistió a caer a la lona y se levantó con un remate desde fuera del área de Asier que Aitor Navarro mandó a córner. Parecía que, como tantas otras veces, los morados se iban a crecer ante las adversidades, pero cuando todo hacía indicar que el Izarra se iba a echar atrás, llegó el segundo derechazo en forma de gol en contra. El delantero del Izarra Sergio cogió la espalda a la defensa morada y aprovechó la salida de Carmona para marcar con una hermosa vaselina el 0-2. Es una paradoja que algo tan bonito pueda hacer tanto daño, y es que tras el gol se empezaron a escuchar algunos pitos desde una grada a la que acudieron unos 300 espectadores que esperaban ver algo muy distinto a lo que se acabó viendo en La Balastera.
El 0-2 escocía a los aficionados, a los mismos hinchas que se emocionaron en Las Gaunas, a esos que se quedaron afónicos en La Romareda de tanto cantar y gritar. Pero el día de ayer no pedía cánticos y el silencio sepulcral que se vivía en La Balastera auguraba la llegada de otro golpe sobre el rostro del equipo, y llegó en el minuto 29, cuando Antonio Jesús ganó la partida por la banda a Durántez y metió a Carmona el tercero.
Parecía que las cosas no podían ir peor, el equipo necesitaba un cambio y De Paula se la jugó, sacó a Acoidán por Rodri con la meta de tener una mayor presencia ofensiva, aunque con el riesgo de que Izarra le castigara su maltrecho mentón con la guardia tan baja, pero los palentinos no recibieron más golpes y el minuto 45 llegó al fin. La campana sonó y el Deportivo se fue a la esquina prácticamente noqueado.
De Paula no estaba dispuesto a afrontar 45 minutos con solo tres defensores y en el descanso decidió sacar a Asier Arranz del campo para dar a entrada a Inestal, que ocupó el carril izquierdo. El Izarra parecía conformarse con el 0-3 y no buscaba el KO, pero hay veces que un púgil está tan tocado que cae al suelo solo, sin que nadie le toque, haciéndose la zancadilla a sí mismo. Y eso es lo que sucedió ayer en el minuto 64, cuando David Durántez dio una vuelta de tuerca a su habitual intensidad hasta convertirla en agresividad. El mediocentro, que ayer jugó como central, hizo una durísima entrada y al colegiado no le quedó otra opción que mandarle al vestuario antes de tiempo.
Con uno menos y con un 0-3 en contra. Así afrontaba el Deportivo Palencia un partido que se le atragantó ya en el inicio. «Hasta el final, equipo», gritaba De Paula desde el banquillo, pero había tantas ganas de que llegase ese final que más de uno parecía haber olvidado las ganas que había en Palencia desde hace años de regresar a la Segunda B. el tiempo pasó y el castigo finalmente acabó para el Deportivo, al que ahora le toca curarse las heridas para centrarse en el próximo rival, el filial del Celta, contra el que esperan resarcirse de la paliza de ayer, que fue dura.

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