lunes, 22 de agosto de 2016

Como en los buenos tiempos

El Racing, con menos holgura de la prevista, gana en el estreno liguero frente al Palencia

El pasado martes, apostados en una valla del campo número 2 de las Instalaciones Nando Yosu, tres veteranos aficionados iban tirando recuerdos al aire. «¿Os acordáis de la temporada de Marcelino?», cuestionó uno de ellos. «El 4-0 al Barcelona fue un partidazo», comentó uno de sus interlocutores en otro compás de la conversación. En un momento, volvieron a vestir de corto a Radchenko, a Quique Setién, a Tuto Sañudo, que andaba por allí, o a José Ceballos. Infinidad de mitos verdiblancos. Han pasado tantas cosas que sonaba a paleolítico balompédico. Como si el cronista de la época dejase su relato pintado en las paredes de una cueva. Como la última vez que el Racing ganó en una primera jornada del campeonato. Hace doce años. La oportunidad número 13 fue la buena. El número maldito dio suerte. Es algo casi anecdótico a estas alturas, pero atrasa la llegada de posibles dudas. De momento, todo va bien. El único pero es que, en un partido de absoluto dominio racinguista, el hecho de no cerrar el marcador antes, la falta de frescura en el segundo tiempo y la expulsión de Córcoles dieron más suspense del necesario ante un mermadísimo Club Deportivo Palencia que hizo lo que pudo.



La primera alineación de la era Viadero llegó con una reconversión no por advertida menos sorprendente. A la espera de que el último fichaje, Samuel Llorca, se ponga a tono, el técnico verdiblanco apostó por Borja Granero en el centro de la defensa junto a Mikel Santamaría. Al valenciano sólo le falta jugar de portero en el Racing. La dosis de cantera, pequeña de momento, la puso Sergio Ruiz, ubicado en la sala de máquinas junto a Álvaro Peña. El chaval dejó los nervios del estreno en casa y se convirtió en uno de los futbolistas más destacados del equipo. Dejó de ser canterano para convertirse en un jugador del Racing de pleno derecho.
Quizá el previsible hecho de un dominio absoluto del Racing fue lo que decidió al entrenador verdiblanco a retrasar la posición de Granero. Porque la primera mitad fue un auténtico monólogo. Porque para el Palencia, viajar a Santander ya fue un triunfo, con tan solo cinco entrenamientos y quince futbolistas disponibles. Ya lo advirtió el nuevo técnico morado, Óscar de Paula: «Es nuestro primer partido de pretemporada». Tendrán que tener paciencia en La Balastera. Así, con los problemas de la falta de ritmo, Xavi Moré pareció Roald Amundsen en su expedición a la Antártida en la prácticamente única llegada castellana a la portería de Iván Crespo. Su disparo, raso y lejano, lo atrapó sin problemas un casi inédito portero cántabro.
De esa paciencia que deben tener en Palencia tiró el Racing desde el inicio. El equipo de Ángel Viadero fue intenso pero sin locuras. Conocedor de que, en algún momento, el abrelatas hincaría el diente. Porque si algo diferenció ayer a este nuevo Racing del de la pasada campaña es que, al menos en apariencia, tiene las cosas mucho más claras. Quizá faltó algo de fluidez entre el doble pivote y los cuatro hombres de ataque. Nada sorprendente a estas alturas de película.
Los cántabros no bajaron revoluciones hasta que llegó el primer tanto de la temporada, pasada la media hora. Óscar Fernández, metido al medio, coló un buen pase en profundidad para la entrada de Héber y el centro de éste lo remató Dani Aquino al fondo de las mallas. Antes, el Racing dispuso de varias ocasiones para no haber demorado la ventaja, pero no hizo diana. Especialmente por medio de César Díaz, quien se mostró como un gran inventor de espacios con su movilidad, pero se estrelló dos veces en el cuerpo del meta Carmona.
El cansancio, mediada la segunda parte, y la falta de ritmo por estas fechas generaron algunas dudas y desajustes en el planteamiento racinguista y permitieron al Palencia jugar un poco más cómodo. Eso, unido a que el Racing pecó de cierta falta de ambición a la hora de ir a matar el partido mermaron las buenas sensaciones. Porque en fútbol ya se sabe que la ventaja y el control se pueden esfumar en un instante. En una acción aislada. Y pinchar ayer no entraba en el guión de prácticamente nadie.


Una opción de Óscar Fernández tras un fallo de Carmona, que el meta se encargó de arreglar después, fue el único acercamiento claro tras la reanudación. Viadero, desde el banquillo, intentaba empastar las líneas de nuevo y Álvaro Peña, convertido en líder, pedía una y otra vez a sus compañeros que diesen un poquito más. El futbolista vasco se paró a hablar con prácticamente todos los de camiseta blanca. En un chispazo, Héber colgó un peligrosisimo balón al área que cruzó por delante de la portería, pero ni Óscar ni César Díaz llegaron al remate. Cuando el reloj marcaba ya el minuto 75, el equipo pedía a gritos frescura desde el banquillo.
Coulibaly fue el portador de esos nuevos bríos. El senegalés sustituyó a César Díaz y en el primer balón que tocó, robó y fue derribado cuando se internaba en el área. Pareció penalti, aunque el colegiado sacó la falta fuera. El disparo de Héber fue despejado a córner por Carmona. El africano tuvo aún dos intentos de cabeza para marcar en la jugada posterior, pero la reacción cántabra se vino al traste con la expulsión de Córcoles. El zaguero alicantino realizó una dura e innecesaria entrada en campo rival que puso el suspense a un partido que debía estar muerto muchísimo antes.
Suspense
En superioridad numérica, el Palencia quiso creer. El problema es que las piernas ya no respondían. De hecho, en ese escenario tras la expulsión, el único que pudo cambiar el resultado fue Héber, con un duro disparo que se marchó rozando el poste izquierdo de la meta de Carmona.
Por fortuna, los puntos se quedaron en casa. Los tres primeros de un largo camino. De los favoritos al título, el Racing fue el único que ganó en esta primera jornada del campeonato liguero. Un buen comienzo en lo pragmático. Tres muescas en el casillero. En lo futbolístico, aún mucho por mejorar pero, al menos, parece que hay unas bases sentadas. Un partido menos. Un paso más hacia adelante.

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