El Deportivo Palencia logra la mayor goleada de su historia en Tercera y acumula su cuarta victoria consecutiva tras superar al Mirandés B
- Como un almendro en flor en medio del páramo durante una gélida noche como la de ayer: congelado de frío y temeroso por la probabilidad de quedarse sin frutos en verano. Así lleva el Deportivo varias semanas debido a las heladas que caen en los despachos, pero el equipo de Santi Sedano está empeñado en sacar esto adelante y ayer combatió la frialdad de los números, de las nóminas sin cobrar, con lo único que aporta calor en el fútbol: goles.
Media docena de razones para demostrar que la plantilla cree en este proyecto a pesar de los pesares, y de los penares, que no son pocos.
El partido comenzó con el equipo palentino a la espera. Los de Sedano no querían mostrar sus cartas desde el inicio, razón por la que el primer acercamiento tardó diez minutos en llegar y lo hizo tras una jugada de estrategia que Diego Torres mandó a las nubes. El ‘10’ saltó al campo con la mirilla desajustada y su primer disparo estuvo a punto de impactar en electrónico de La Balastera. Pero no había prisa. El delantero quería que un disparo suyo moviera el marcador, pero no de forma literal, sino figurada, algo que le costó conseguir solo 33 minutos más, y que lograría hasta en tres ocasiones en la tarde de ayer.
Al Deportivo le costaba llegar al área con peligro y acababa la mayoría de sus internadas con disparos demasiado lejanos que no llegaban a inquietar al portero del Mirandés, Sergio. El que sí que se inquietó, y mucho, fue Carmona en el minuto 34, cuando un error defensivo clamoroso dejó solo a Blas con todo a su favor para marcar el 0-1. Pero el delantero burgalés tardó una eternidad en disparar y la clara ocasión acabó en nada para dar una alegría a la afición de La Balastera.
El partido no tenía dueño y en ese momento apareció Diego Torres para reclamar protagonismo. Esta web ha utilizado cientos de caracteres para alabar las cualidades del genial delantero del Deportivo y con estas líneas usaremos alguno más, pero es que tener un jugador con la calidad, experiencia y amor propio de Torres es garantía de gol, y ante el Mirandés B se demostró por enésima vez. El ‘10’ metió la cabeza en los últimos momentos de la primera mitad para marcar y hacer que su equipo se fuera al descanso por delante en un marcador que acabó moviendo, al fin, tras rematar un buen centro de Charly.
El gol dejó helado al Mirandés B y el Deportivo solo tuvo que dar un pequeño toquecito a su rival para que este se rompiera en mil pedazos. Fue Chuchi el que dio ese golpe a los burgaleses en el minuto 49 con el 2-0 y, desde ese momento, los palentinos manejaron el partido a su antojo. Diego Torres marcó el tercero, el cuarto llegó por mediación de Asier Alonso, el propio Torres completó la manita y Asier Alonso firmó el tanto que hizo la media docena. Casi Nada. Los de Sedano lograron la victoria más abultada de su historia en Tercera División y lo hicieron, además, jugando una segunda parte para el recuerdo. Los morados han logrado la victoria en varios partidos por oficio, e incluso han llegado a golear sin haber hecho buen fútbol, pero ante el Mirandés B sí lo hicieron, al menos después del descanso, y regalaron a una afición entregada un partido caliente que subió el mercurio de un termómetro que tiritaba.
Los morados se pasearon en la segunda parte y los burgaleses se limitaron a mirar mientras los de Sedano les pasaban por encima. El espectáculo llevaba tanto tiempo sin pisar La Balastera que cuando uno va a ver al Deportivo lo hace pensando que este domingo tampoco va a ser, que el buen fútbol seguirá sin llegar, pero ayer llegó y lo hizo por todo lo alto. La helada que llega desde los despachos no congela a este equipo, que sabe que la única manera de cosechar en verano es aguantar los rigores del invierno. Ahora que corren tiempos oscuros, que hasta Madrid ha perdido a su ‘Esperanza’, el Deportivo cree en sí mismo y lo demostró ante el Mirandés B con media docena de razones para pensar que la gesta es posible.
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