lunes, 31 de octubre de 2016

El Deportivo Palencia regresa a la derrota

El equipo de Óscar de Paula cuaja un buen partido ante la Ponferradina, pero los de Munitis aprovechan dos errores y deciden con su calidad

Hace días vi en este periódico, en las páginas del suplemento de la Seminci de Valladolid, al mítico Tigre de Mompracem convertido en coétaneo gatito al de mi vecina, la septuagenaria del quinto, y me reafirmo en lo que siempre he pensado, que cualquier tiempo pasado fue mejor. Kabir Bedi, mi icono de la niñez, el Sandokán que embelesaba a Lady Mariana y enfurecía a su tío James Guillonk, el pirata malayo azote de los ingleses cuya imagen racial empapelaba las carpetas de mi hermana y de sus amigas, se ha convertido en un señor jubilado de Bombay. O tempora, o mores, que diría Cicerón. Qué por qué les cuento esto en el arranque de la crónica del partido de este sábado entre el Deportivo Palencia y la Ponferradina, pensarán, y con razón. Pues porque la presencia del equipo berciano me evocaba también gratos recuerdos del pasado, mucho más recientes obviamente.
Había este sábado menos pelo en el banquillo y en el césped, no solo por el que se les haya podido caer a los Pelayo, Chuchi, Héctor, Serrano o Durántez, supervivientes de aquellos vibrantes duelos entre el desaparecido Club de Fútbol Palencia y la Ponferradina de hace siete temporadas, cuando ambos conjuntos andaban arriba en la tabla del Grupo I de Segunda División B junto a rivales como el Eibar o el Lugo. Servidor se acordaba fugazmente de aquella melena querubina de Pepe Calvo, conductor entonces y guía espiritual del equipo, aunque acto seguido volviese a la realidad de la frente despejada de Óscar de Paula, el actual entrenador de un Deportivo que, le pese a quien le pese, nació para avivar las cenizas de ese CF Palencia que devastó el fuego de varios Nerones. La Ponferradina ascendió a Segunda División y a punto estuvo de hacerlo a la categoría de oro del fútbol español, mientras que el CF Palencia se fue a la sepultura. Siete temporadas después, el nonato se ha convertido en púber y los bercianos han dado pasos atrás, su edad de oro parece haber perdido quilates.
Sí, el encuentro entre el Deportivo y la Ponferradina tenía gloriosas reminiscencias. Sí, cualquier tiempo pasado fue mejor, pero ver las camisetas morada y blanquiazul enfrentadas de nuevo en La Balastera me hizo reconciliarme con mi edad. Sí, el duelo era emotivo, evocador, de color sepia, y no defraudó, aunque cayeran 0-2 los de Óscar de Paula y cortaran su racha de nueve puntos sumados de los últimos quince en juego hasta este sábado.
El ultradefensivo Deportivo Palencia, 'cerocerista' en estado puro (tres partidos sin marcar, cinco goles en toda la temporada), no alteró de inicio su guion. Cedió el balón a una Ponferradina timorata, pero se fue animando progresivamente en ataque, con Xavi Moré inquietando a Dinu con un saque de córner en corto que anduvo cerca del gol olímpico y un disparo sin dejar caer el balón que se fue cruzado. Como no espabilaban los de Munitis y Gonzalo Colsa (recién llegados a Ponferrada en relevo de Manolo Herrero), se animó también Zarandona en el área pequeña berciana. El Deportivo guardaba bien la ropa y nadaba de vez en cuando, la Ponferradina se limitaba a hacer pie en la raya del metro y medio de la piscina, subiendo un tanto las revoluciones pasada la primera media hora de juego pero sin crear peligro. Granítico atrás, el equipo de Óscar de Paula estiró el 0-0 hasta el descanso sin esfuerzo, incluso en el tramo final volvió a hacer sufrir al rival con Xavi Moré como estilete por la derecha y su peligro en los centros al área. Este Deportivo empieza a manejarse en la categoría, si no hay equipo para ganar por inercia, al menos sí lo hay para no perder por rutina.
No varió su planteamiento el equipo de Óscar de Paula tras el descanso, presión constante al rival cada vez que tenía el balón, no arriesgarlo cuando estaba en sus pies y esperar a algún despiste berciano para lograr más botín. Zarandona se fajaba bien en el centro del campo, Héctor y Pelayo defendían la meta de Alejandro con uñas y dientes, e Inestal devoraba kilómetros por la izquierda. Pero con equipos como la Ponferradina no es bueno confiarse. Quedó bien claro entre el minuto 57, cuando Caiado aprovechó un error en defensa morado para plantarse solo ante Alejandro, que rechazó milagrosamente su disparo. Y mucho más un minuto más tarde, cuando un centro de Abel Moreno lo remató espléndidamente de cabeza a la red Juanto Ortuño. El 0-1 era injusto para los méritos de uno y otro equipo, pero esto es Segunda División B.
El gol en contra, lejos de apagar el ardor deportivista, lo azuzó. Saltaban Diego Torres al campo para jugar junto al náufrago Zapata y Rodri para añadir más mordiente, y Asier Arranz se prolongaba más como carrilero. Enfrente, la Ponferradina se veía más cómoda con el marcador a favor, y en ataque con Rayco llegaba con más aviesas intenciones. Tantas, que el propio Rayco certificó el triunfo en el minuto 83, tras un error en el pase de Durántez en el área rival y la salida fulgurante a la contra de Chavero, cediendo el balón tras su gran jugada al delantero canario, que no perdonó. El Deportivo Palencia arrió la bandera de las tibias y la calavera, Kabir Bedi volvió a parecer un señor cualquiera de Bombay y los de Óscar de Paula, la tripulación de Jack Sparrow, que es de Walt Disney. Y en mareas misteriosas.

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