martes, 10 de diciembre de 2013

Demasiado predecibles


Uno se marchó dándole vueltas a la cabeza. El otro, satisfecho, pero con esa duda de qué hubiera pasado si hubiese arriesgado algo más. Solo algo. El Deportivo Palencia y el Velilla firmaron un empate insípido (1-1), que deja más tocados a los capitalinos, por aquello de su guerra abierta por el ascenso a Tercera División.


La batalla de este sábado puede suponer una retirada de los morados casi definitiva en ese intento por conseguir la primera plaza de grupo, plaza que proporciona el billete para la máxima categoría regional. La segunda, la que ostenta en la actualidad el Deportivo, está supeditada a tener que vivir pendiente del otro grupo castellano y leonés. A levantarse todos los lunes y ver si el leonés, vallisoletano, salmantino o zamorano de turno se ha dejado puntos en el camino para que el Dépor finalice como mejor segundo de la Comunidad.

En esa pelea, en la que además tiene que lidiar con otros invitados molestos, como el Burgos Promesas, el equipo de Francis Olea tiene que acostumbrarse a ser el rival a batir – con el permiso del líder, el cada vez más inalcanzable Mirandés B–. Tiene que asumir con naturalidad que los contrarios hiperventilan cuando ven a Serrano, a Pelayo o a Rubén Pérez. Admitir esa dosis de motivación extra con la que encara el partido un defensa velillense que contempla como Pérez es capaz de convertir una banana en un balón digno de la mejor ocasión de gol. Futbolistas que son el fiel reflejo de la crisis de los clubes modestos, con la peor experiencia posible en la provincia.



Al margen de los nombres, otro que siempre aparece en el Deportivo es Iván. El habilidoso mediapunta palentino fue el mejor de un derbi descafeinado en el que también destacó Melero o los dos centrales norteños.

Iván se inventó un control de libro con su pierna izquierda en el lateral del área grande local y con un quiebro, esta vez con la derecha, sentar a su marca y servir un balón entre líneas al corazón de la defensa velillense. Obeso no se lo pensó y rindió tributo a la obra de arte de su compañero con el primer tanto de la tarde. Era el guión establecido en el Deportivo, ese que también conocían en Velilla y sobre el que había advertido su técnico. El Dépor es de inicios demoledores, de dejar todo dicho en apenas veinte minutos –el problema es que a veces se echa a dormir demasiado pronto–.

El conjunto visitante siguió dominado el balón. El centro del campo capitalino lucía más, mientras que sus homólogos norteños se cansaban de ver el balón volar por encima de sus cabezas. Política de tierra quemada para evitar acciones innecesarias en la defensa local. Al talento ni agua.

El Velilla encontró el premio a su apuesta directa en el minuto 32. Alberto, recién entrado al terreno de juego por un renqueante Mediavilla, aprovechó una jugada por la banda izquierda para plantarse delante de Carmona y batirle por el palo corto, en un fallo del meta. Tablas y a otra cosa, porque hasta la segunda parte poco hubo que rascar, y en este periodo apenas una ocasión clara fallada por el visitante Juanma y una mano de Chupri no señalizada que evitó que Chema se plantara delante de Carmona con el tiempo ya cumplido.

Fuente: N.de Castilla

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