lunes, 3 de marzo de 2014

El verdugo, en casa

El equipo de Revuelta, serio y ordenado, aparta del ascenso a los de Hugo Arroyo (0-2)

La diferencia entre un equipo que sabe a lo que juega, que tiene claras sus aspiraciones y que bienvenida sea toda añadidura, y un equipo que lleva marcada a fuego la palabra 'ascenso' como obligación y que se permite prescindir de un técnico cuando nada está perdido, con la consiguiente zozobra, quedó clara este sábado en el Municipal El Otero. El Villamuriel, serio y bien plantado, con hombres y no nombres, dio un repaso en toda regla al Deportivo Palencia de los Pelayo, Serrano y cía, que se dejaron muchas opciones de luchar por subir de categoría en el partido en el que más necesitaban dar un puñetazo en la mesa. Olea es un gran profesional, lo mismo que Hugo Arroyo, y parece que ni todo fue culpa del primero, ni tampoco el segundo tiene la varita mágica de última hora.
 
En un tarde de agua, presagio del naufragio del Deportivo Palencia, el equipo de Roberto Revuelta dejó claro desde el primer momento que no iban a colaborar ni un ápice para que Hugo Arroyo hiciera bueno el dicho de que 'a entrenador nuevo, victoria segura'. En el minuto 10, en una jugada de pizarra, el equipo de Roberto Revuelta se adelantó en el marcador. Chema, de cabeza tras un centro de Jesús, iniciaba el calvario del Deportivo Palencia.
 
Quedaba un mundo, pensaron los de Hugo Arroyo, pero el Villamuriel había conseguido su propósito, el de ponerse por delante y esperar con orden al Deportivo, ordenadas sus líneas y presionando cada balón. Eran 'pit bull' los de Revuelta, y los de Hugo Arroyo, aguijoneados por el tanto en contra, entraron en el cuerpo a cuerpo. Así, sobrepasada la media hora de partido, un choque entre Obeso y Rubio, acabó con los dos jugadores sangrando camino del hospital (siete puntos en la frente el primero, y diez el segundo en una ceja).
 
Hugo Arroyo se interesa por Obeso y Diego Rubio tras su choque. / M. De La Fuente
 
 
Era un derbi provincial, un duelo de bemoles. Sin florituras ni juego, como suelen ser los derbis, pero los de Hugo Arroyo apenas llegaban a la meta de Iker. Quedaba un mundo, pero ya menos. Se notaban las bajas en ataque de Rubén Pérez e Iván en el Deportivo Palencia, sin pólvora. Amagaba con Óscar por la banda, pero no eran ni cosquillas. Y así se llegó al descanso.  
 
En la reanudación, se esperaba una reacción del Deportivo, a quien se le esfumaba el ascenso, pero esta no llegó. El Villamuriel, firme y con las ideas muy claras, apenas pasaba apuros. Los minutos iban cayendo en contra del Deportivo y no había ni ocasiones de gol, hasta que en el minuto 80 tuvo Juanma la única de los de Hugo Arroyo, en un balón que se encontró próximo al área y que cruzó demasiado ante la salida de Iker. Quien no falló fue Domingo en el minuto 87, en una jugada de Mateo que acabó con un balón en el área pequeña solo para empujar.
 

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